La mujer, de 30 años y residente en Tokio, ha demandado al padre biológico por dos millones y medios de euros al saber que era chino y no japonés.
Una mujer japonesa ha decidido entregar a su bebé en adopción al descubrir que el donante de esperma que utilizó para tener el bebe le había mentido sobre su estado civil, etnia y antecedentes educativos. La mujer, de 30 años y residente en Tokio, ha demandado al padre biológico del que es su segundo hijo por 330 millones de yenes (2 millones y medio de euros). Se trata de la primera denuncia de este tipo en el país.
Todo comenzó cuando ella decidió buscar un donante de esperma en las redes sociales. Aunque ya tenía un hijo con su marido, había descubierto hacía poco que él padecía un trastorno hereditario que podría transmitirse y no quería arriesgarse. Pronto lo encontró: un hombre que afirmó ser japonés y estaba graduado en la prestigiosa Universidad de Kyoto, tal y como ella quería. El método para tener el bebé con el donante no pasó por una clínica: tuvieron relaciones sexuales diez veces, ha informado el periódico japonés Tokyo Shimbun .
Sus deseos se hicieron realidad y en junio de 2019 se quedó embarazada del donante. Pero poco después, la madre se enteró de que él era en realidad un ciudadano chino, casado, y que no se graduó en la prestigiosa universidad.
Cuando supo la verdad, estaba en un estado muy avanzado del embarazo y no podía abortar, así que tomó la decisión de dar el niño en adopción. El motivo: no quería tener un hijo con un hombre que no era japonés ni tenía el nivel intelectual que ella escogió.
Además, el mes pasado presentó una demanda contra el donante de esperma de 330 millones de yenes por la angustia emocional que le provocó todo este episodio. Por el momento, no se conoce el nombre de ninguno de los dos, tan solo su historia ha salido a la luz.
Japón, las donaciones de esperma y la adopción
Según una investigación de Vice News, la industria de la donación de esperma en Japón no está regulada y es, de hecho, muy escasa. Solo 12 hospitales en todo el país realizan este tratamiento de fertilidad. A pesar de sus 126 millones de habitantes, tienen un solo banco de esperma comercial, que se fundó en junio de 2021. Además, la inseminación artificial en Japón se limita a las parejas casadas heterosexuales, por lo que excluye a las mujeres solteras y las parejas LGTBI.
Por esto, la situación ha llevado a muchos padres y madres a buscar una alternativa en línea, siguiendo su instinto y sin una entidad reguladora. También por ahorrar costes, ya que la inseminación es especialmente cara con tan poca oferta. Por supuesto, esto conlleva irremediablemente problemas legales y de salud.
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Un sistema irregular y excluyente que lleva a la clandestinidad de sus procesos termina con episodios como estos. La mujer recurrió a esta alternativa al ver las dificultades que suponía hacerlo de forma legal, pero no entendió que sería bajo su propio riesgo. Ahora, se encuentra bajo una lluvia de críticas.
Mizuho Sasaki, una trabajadora de bienestar infantil en Japón, declaró en Vice que la mujer le parecía «superficial» por «tratar a la niña como un objeto». Además, sucede que Japón tiene una leyes de adopción que hacen casi imposible la adopción de un bebé, con lo cual, el hijo entrará en un círculo del que quizás no salga hasta la mayoría de edad.
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