Li Jingwei pintó los árboles, los caminos, los edificios y escuela de un lugar que no visitaba desde hacía 33 años para encontrar a su familia biológica.
Cuando Li Jingwei tenía cuatro años, un vecino lo secuestró de su pueblo natal en la provincia de Yunnan y lo vendió a una red de tráfico de niños. Li, consciente de que había sido secuestrado cuando era niño, intentó localizar a su familia sin apenas recordar los nombres de sus padres biológicos, su aldea o incluso su nombre original.
Sin embargo, no tuvo suerte buscando las pistas de sus padres adoptivos o ingresando su ADN en una base de datos nacional. Preocupado porque pensaba que sus padres podrían no estar vivos mucho más tiempo, Jingwei decidió aprovechar el poder de Internet.
De esta manera, dibujó un mapa de los alrededores de su aldea a mano según lo que podía recordar y lo publicó en Douyin, la versión china de Tik Tok. El mapa se volvió viral y el hombre de 37 años ha logrado reencontrarse con su madre biológica después de mucho tiempo.
La historia de Li Jingwei
“Soy un niño que está buscando su hogar, un vecino calvo me llevó a Henan alrededor de 1989, cuando tenía unos cuatro años”, explica en el vídeo Li, que creció con otra familia distinta a la suya. Según informes locales, el niño fue vendido a una familia que deseaba desesperadamente tener un hijo en la provincia de Henan, a casi 2.000 kilómetros de distancia de donde nació.
A través del recuerdo que él tenía de sí mismo con apenas 4 años, hizo una reconstrucción de la aldea. Dibujó los árboles, los caminos, los edificios escuela, un bosque de bambú y hasta un estanque con la esperanza de que alguien reconociera su historia.
En China, el secuestro de niños fue desenfrenado durante muchos años debido a la antigua política de un solo hijo que duró décadas. En la cultura tradicional, los varones eran reconocidos como más capacitados para mantener y continuar la línea familiar. Por eso, muchos niños eran secuestrado y vendidos al mercado negro a otras familias. Por el contrario, las niñas eran dadas en adopción internacional e infravaloradas dentro del país.
Jingwei explicó que ver historias en los medios de comunicación donde otros hombres se reencontraban con sus familias le dio esperanza. El caso más mediático fue el de Guo Gangtang –que luego inspiró la exitosa película Lost and Love–. Un hombre de la provincia de Shandong que pasó 24 años recorriendo el país en una motocicleta en busca de su hijo. Finalmente, se reunieron el pasado mes de julio.
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El poder de las redes sociales
Gracias a la viralidad del vídeo y la ayuda de las autoridades encontraron la ciudad natal del hombre. Zhaotong, un pueblo montañoso en Yunnan que cumplía con todas las características del mapa.
En cuestión de días, le pusieron en contacto con una mujer cuyo hijo había sido secuestrado en esos años. En una llamada telefónica con la mujer, ella describió con precisión una cicatriz en la barbilla de Li que se había hecho al caer de una escalera cuando era niño.
De esta manera, la Oficina Contra la Trata de Personas del Ministerio de Seguridad Pública de China les facilitó unas pruebas de ADN. El 28 de diciembre, confirmaron el parentesco que existía entre ellos. Tras 33 años, el 1 de enero de 2022, Li se reencontró con su madre y los demás familiares. La imágenes del vídeo de la reunión muestran a Li Jingwei quitándolo cuidadosamente la mascarilla a su madre para examinar su rostro antes de romper a llorar y abrazarla.
“Treinta y tres años de espera, innumerables noches de anhelo y, finalmente, un mapa dibujado a mano de la memoria, este es el momento de la liberación perfecta”, escribió Li en su perfil deDouyin. «Gracias a todos los que me ayudaron a reunirme con mi familia».
Como Li, millones de niños y niñas tratan de encontrar a sus padres biológicos en China. Una situación que se ha ido reduciendo en los últimos años aunque con un precedente que marcará la vida de muchas generaciones.
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