El comportamiento abusivo puede ser difícil de ver, especialmente cuando sucede dentro de tu propia relación
Cuando estamos atravesando por un momento de dependencia emocional cerramos los ojos a la verdad o la maquillamos con filtros para no verla tal cual. Puede que tus familiares y amigos te advierten sin éxito los comportamientos abusivos de la persona que tienes al lado pero tú niegas una tras otra estas acusaciones. Sin darte cuenta, terminas en una prisión camuflada de amor de la que muy pocos se atreven a escapar.
Aguantamos los malos modales, las groserías, el abuso verbal y emocional, incluso la violencia física y pasamos por alto los defectos de carácter y personalidad.
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Pero, ¿por qué es tan difícil cortar con esta clase de vínculos?
La respuesta lógicamente la tiene nuestro cerebro y las sustancias químicas que él desprende, como es el caso de la dopamina. Ese ‘amor apasionado’, que todo lo consume, incluso cuando es abusivo, se combina con este componente cerebral causando efectos similares al de las personas adictas a ciertas sustancias. Es por esto que cortar con una relación genera una sensación similar al síndrome de abstinencia.
Cuando tu amante actúa de manera impredecible, creando desconcierto en ti, los niveles de dopamina disminuyen. Sin embargo, esos deseos de anhelo por la otra persona opacan tu facultad crítica y de objetividad llevándote a querer recuperar el equilibrio y la paz inicial. Te ciegas a ti mismo.
Para algunos este fenómenos es similar a la mentalidad de una persona con adicción, la cual es prisionera de sus propias sustancias químicas cerebrales sin poder darle paso a la razón.
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¿Dónde está la salida?
Por contrario que parezca, el amor por sí solo no siempre es una buena razón para permanecer en una relación. También hay otros componentes menos pasionales como la racionalidad. Esta última te puede llevar a tomar decisiones que le den prioridad a tus intereses, además de ayudarte a tomar decisiones duras pero necesarias.
Nadie dijo que es fácil dejar a alguien a quien crees amar ya que, naturalmente, elegimos y valoramos más aquellos momentos “altos” de mayor cariño y pasión. Pero no olvides que cuanto más tiempo inviertas en una relación dañina, más será el trabajo para recuperar una vida saludable y sanar tus emociones.
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