Millones de años de evolución dejaron en nuestra anatomía algunas «sobras» que hoy no usamos ni necesitamos. Hoy hablaremos de nueve de ellas
Algunos estudiosos describen que en nuestros cuerpos existen algunas “sobras evolutivas”, elementos de nuestro ser que al evolucionar dejaron de ser útiles. Pero tus antepasados no podían vivir sin ellas ya que cumplían funciones muy específicas y vitales. ¿Cuáles son algunas de esas sobras evolutivas?
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El órgano más inútil
El órgano más innecesario de nuestro cuerpo es el apéndice. Hace muchos años, esta parte de nuestro cuerpo ayudaba a los primeros humanos a digerir plantas ricas en celulosa. Si bien muchos vertebrados aún la utilizan, nuestro cuerpo lo desplazó del sistema digestivo cuando empezamos a incorporar carnes en nuestra dieta.
Pero… Para algunos especialistas, el apéndice juega un papel relevante a la hora de almacenar bacterias en nuestro intestino. El debate sigue abierto.
Palmar largo
¿El qué? De seguro no lo asocias a nada, pero lo ves todo los días como la palma de tu mano. Se trata de esa protuberancia fina y larga que se extiende desde tu muñeca hasta el codo.
El también conocido como palmaris longus ayudó a nuestros antepasados a trepar árboles, pero desde que empezamos a caminar sobre dos pies hace 3,2 millones de años, ya no lo necesitamos.
Si no sabes a qué nos referimos con esto, puede que seas parte del 10% de la población mundial que ya no lo tiene como parte de su anatomía.
La cola en los humanos tiene nombre
El coxis era ese hueso de la cola humana que tus antepasados necesitaban para tener mayor movilidad y equilibrio en sus cuerpos, dejamos de usarlos cuando aprendimos a caminar sobre dos patas y erguidos. Sin embargo, en las primeras fases de gestación seguimos desarrollando esa pequeña cola alrededor de las cinco y ocho semanas. Por fortuna desaparece y se esconde bajo nuestra piel.
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Los músculos de la oreja
Si bien a veces quisiéramos que no hubiesen desaparecido los músculos de nuestra oreja para poder escuchar un chisme a kilómetros de distancia, nuestros cuerpos han ido atrofiando ese elemento poco a poco. Como has podido notar, a diferencia de los animales, los humanos no podemos mover nuestras orejas para poder escuchar mejor lo que nos rodea.
La piel de Gallina
En un pasado, nuestro vello corporal funcionaba como un elemento de defensa que ante amenazas se erizaba para incrementar nuestro tamaño. La llamadas Arrector pili son fibras musculares que hoy por hoy solo funciona para darte piel de gallina cuando escuchas ruidos estridentes. Nada demasiado útil.
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