Cientos de mujeres víctimas de acoso, abuso y grooming en Venezuela se unieron para denunciar a sus victimarios: músicos, escritores y actores famosos hacen parte de la lista
El movimiento de mujeres se está haciendo escuchar en Venezuela desde hace días. Cientos de mujeres compartieron en redes -tal como pasó con el Me Too- testimonios que apuntan a que fueron víctimas de abuso por parte de varios artistas. Así, cientos de denuncias aparecieron contra músicos, escritores, actores y directores de teatro.
En este contexto, la Fiscalía venezolana comenzó una investigación sobre las denuncias de abuso y violencia sexual. Las mujeres que iniciaron este Me Too en Venezuela dieron sus testimonios con nombres propios: los músicos Alejandro Sojo, Tony Maestracci y el escritor Willy Mckey, principalmente. Esto fue confirmado este miércoles por el fiscal general, Tarek Saab.
Luego de que estas historias se hicieran virales en las redes sociales, muchas mujeres empezaron a manifestar su apoyo contra las víctimas. Así, todas las publicaciones empezaron a agruparse con el hashtag #YoSíTeCreo. De esta manera, todas las denuncias -y los acompañamientos de diferentes usuarias- se hicieron virales rápidamente en internet.
El caso de Alejandro Sojo, el detonante del Me Too en Venezuela
Hace unas dos semanas abrieron en Instagram una cuenta que recolecta testimonios de mujeres que han sufrido acoso, abuso y grooming por parte de Alejandro Sojo. Él es el cantante de una banda de rock llamada Los Colores, conocida en Venezuela. Las acusaciones fueron difundidas en @alejandrosojoestupro.
Estas denuncias hechas por mujeres fueron el comienzo de este Me Too en Venezuela. Sin embargo, esta no era la primera vez que alguien lo denunciaba: ya en el 2018, una fémina llamada Libertad realizó un hilo en Twitter después de unas malas experiencias que tuvo con Sojo desde el 2015. En ese entonces ella tenía 17 años.
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La denuncia contra Alejandro Sojo se amplió y también involucró a otro artista, Murachi Palomo. El motivo es que él habría trabajado junto al músico de Los Colores para abusar de diferentes chicas. Esta segunda denuncia se publicó en un hilo de Twitter que incluyó capturas de pantalla con mensajes violentos y misóginos.
https://twitter.com/druxxxi/status/1386404642347786246
Palomo es amigo de Sojo y exintegrante de su banda, Los Colores. Según los testimonios habría tenido “relaciones sexuales con menores de edad mientras él era mayor, y hasta llegó a forzarlas, o dar alcohol y drogas a sus víctimas para lograrlo”. En las capturas de pantalla y conversaciones compartidas en internet se puede ver cómo el hombre acosaba a las víctimas y les decía que las iba “a violar”.
Luego de que se viralizaran estas denuncias, las mujeres venezolanas alzaron su voz y generaron una especie de Me Too en Venezuela. Poco a poco, han salido más testimonios a la luz. En todos ellos se involucraban a otras figuras del rock venezolano como Leonardo Jaramillo, guitarrista de la banda Okills; Tony Maestracci, baterista de la banda Tomates Fritos; y, finalmente, a Daniel Landaeta de la banda caraqueña Le’ Cinema. Al día de hoy, las tres bandas ya han emitido los comunicados respectivos que informan que los acusados ya no forman parte de las agrupaciones.
Las repercusiones llegan hasta Argentina
El impacto de este Me Too de Venezuela no se limitó solo a las denuncias que las mujeres hicieron contra diversos músicos. También se acusó al escritor Willy McKay, que publicaba sus textos en el medio Prodavinci. Las denuncias contra él fueron difundidas en Twtitter por una usuaria que se hizo llamar «Pia».
He decidido finalmente hablar de mi experiencia de abuso con el escritor venezolano Willy McKey:
Conocí a Willy en el microteatro 2015, yo empezaba a empaparme de una movida intelectual y cultural caraqueña de la que me moría por formar parte. En el 2015, también, tenía 15 años.— “Pía” (@mckeyabusador) April 28, 2021
Él tuvo relaciones sexuales con una menor de 16 años cuando él tenía 36. Luego de que se publicó este hilo de Twitter de «Pía», McKey publicó un comunicado en su cuenta de Instagram bajo el título ‘He cometido estupro’. El relato de Pía se hizo viral en Twitter y desató una reacción en cadena ya que otras mujeres empezaron a contar sus experiencias con el escritor.
«Sabré hacerme cargo de las consecuencias de este hecho, empezando por quedar fuera de todos los proyectos a los cuales pertenezco y donde hay personas, intereses y reputaciones que pueden verse afectados por tenerme dentro de sus espacios», dijo McKay en el texto.
Pero el impacto de la denuncia del #YoSíTeCreo cobró otro sentido: ayer se conoció la noticia de que el escritor se quitó la vida al arrojarse desde una ventana del departamento donde vivía una amiga suya en Buenos Aires, Argentina. Poco antes, el fiscal general de Venezuela pidió que se investigue esta denuncia y pidió una captura internacional al gobierno argentino.
La voces por fin son escuchadas
Frente a todas las denuncias que han hecho cientos de mujeres de abusos por parte de personas influyentes, en este caso del ámbito artístico, queda preguntarse, ¿las voces están siendo escuchadas?
Al parecer, las denuncias del #YoSíTeCreo han hecho eco. El ministerio público abrió una investigación en contra de los acusados. Dos de ellos ya confesos, como es el caso de Willy McKay y Alejandro Sojo.
Sin embargo, lo más importante del Me Too en Venezuela ha sido el apoyo de la ciudadanía. Usualmente, las denuncias eran dispersas y las personas culpaban a la víctima por ser abusada. Antes de lo ocurrido recientemente, la revictimización era constante.
¿Por qué denunciar hasta ahora?, ¿por qué esperó tanto tiempo? Y preguntas como estas eran el ‘pan de cada día’ en cuando abuso sexual y acoso se refiere. No obstante, según un estudio del Ministerio del Interior de Reino Unido, solo el 46% de las violaciones registradas son reportadas el día en que ocurrieron, mientras que el 14% de la gente tarda más de seis meses en reportar; cuando tienen el valor de hacerlo.
Si la víctima fue un niño, la demora es aún mayor: sólo el 28% de los menores de 16 años reportan el delito el día que ocurrió, mientras que un tercio espera más de seis meses. Otros llegan a su edad adulta sin revelar lo que les ocurrió.
Es por este motivo que la viralización de #YoSíTeCreo marca un antes y un después para los movimientos de mujeres en Venezuela. Por primera vez, están siendo escuchadas y respaldadas por la población.
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